domingo, 29 de agosto de 2010

NiNi en España y otros paises

La generación NiNi del mundo posmoderno

Diario de campo

Luis Miguel Rionda

http://impreso.milenio.com/node/8822827

El evento de la semana para el estado de Guanajuato lo fue sin duda la Conferencia Mundial de la Juventud, que reunió a jóvenes de -dice la publicidad oficial- 104 países convocados por la Organización de las Naciones Unidad, principal promotora del encuentro de chavales. Desde el principio se evidenció que el magno evento no estaría libre de polémicas y enfrentamientos entre las visiones encontradas sobre el papel que debe jugar la juventud en un mundo tan diferente del que conocimos los que ya somos adultos maduros o mayores. Como nunca, percibí una enorme confusión sobre los paradigmas con que los jóvenes deben comprometerse: unos optan por la libertad y el hedonismo, otros por el compromiso social y la solidaridad, otros más por el progreso económico y la productividad. En fin, cada chavo con su onda.
Tuve la suerte de participar como expositor en uno de los foros interactivos del lunes gracias a la amabilidad de Luis Arturo Ruiz Mendoza, dirigente de la organización cívica Unidos por el Progreso y la Igualdad Social A.C. El foro se dedicó a analizar y debatir sobre el fenómeno de los chicos NiNi -que Ni estudian Ni trabajan-, un conjunto de jóvenes que no encuentran motivación para salir a la calle y buscarse un trabajo ordinario, o bien para continuar con sus estudios. El fenómeno se despliega en países desarrollados como Japón, Alemania, España y muchos otros; incluido México, que aunque sin desarrollo ya exhibe una importante cantidad de chavales en esa situación.
En España la cantidad de jóvenes NiNi es ya motivo de alarma nacional. “El dato asomaba hace poco, sin estrépito, entre los resultados de la última encuesta de Metroscopia: el 54% de los españoles situados entre los 18 y los 34 años dice no tener proyecto alguno por el que sentirse especialmente interesado o ilusionado. ¿Ha surgido una generación apática, desvitalizada, indolente, mecida en el confort familiar? Los sociólogos detectan la aparición de un modelo de actitud adolescente y juvenil: la de los Ni-Ni, caracterizada por el simultáneo rechazo a estudiar y a trabajar” (nota de José Luis Barbería para Vida&Artes, 22/06/2009). En España se padece un desempleo de casi el 20% de la PEA. Tal vez sea esa una de las razones para el desánimo de toda una generación que se niega a buscar el pan o la competencia profesional que le permita salir del cómodo nido familiar. En una búsqueda en YouTube encontré una interesante serie televisiva española, un Reality Show denominado “Generación Ni-Ni”. Dos psicólogos que obligan a una docena de chavales a vivir juntos, y confrontar las responsabilidades básicas de sostenerse, atenderse y trabajar cotidianamente, sujetos a horarios y obligaciones ante patrones nada complacientes. Es triste constatar el dolor de mozos macizos de 18, 22 o hasta 30 años de verse arrojados a las rudezas del mundo real. Una generación posmoderna y hedonista que halla gozo en el placer inmediato, la virtualidad de un mundo cibernético e inexistente, el odio hacia los padres, pero la inevitable dependencia hacia los mismos.
Sobre México, Luis Miguel González, director editorial de El Economista, publicó el 12 de febrero pasado: “El purgatorio económico tiene forma: ser joven, no estudiar ni trabajar. Para ellos se ha inventado un término, generación Ni-Ni y una cifra: se dice que son 7 millones de personas en México.” Esta misma semana el Rector de la UNAM, José Narro, afirmó que en el país existen 7.5 millones de NiNi’s, ateniéndose a los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud 2005. Si tenemos 34 millones de personas jóvenes en nuestro país, un 22% de nuestros chavos no tienen trabajo ni estudian. Falta saber cuántos de ellos no lo hacen por imposibilidad real, o sencillamente por la comodidad de no cumplir con una obligación que hasta hace poco era elemental. La SEP y Gobernación saltaron escandalizadas a corregir al insigne Rector, y lanzan una cifra absurda: sólo 285 mil jóvenes mexicanos pueden considerarse NiNi’s, ya que la gran mayoría de los reportados por la encuesta son desempleados o mujeres dedicadas a labores del hogar. ¿Tú les crees? Yo tampoco.
El fenómeno NiNi se acompaña del llamado “Síndrome de Peter Pan”, la negación de muchos mocetones de crecer, de madurar. Es parte de una actitud posmoderna del ciudadano contemporáneo, muy estudiada por psicólogos sociales, filósofos y sociólogos en todo el mundo. ¿Es cinismo? O es saberse intrascendente en un mundo donde todo está hecho. ¿Para qué esforzarse, si todo está resuelto? Sobre todo lo correspondiente a la papa diaria, al esfuerzo cotidiano, al compromiso. Como canta Virulo: “Y cuando en el futuro pregunten de seguro, que cómo fue que hicimos, que todo lo jodimos. A mí que no me vengan con mamadas: yo no hice nada”.
Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León.
www.luis.rionda.net
www.rionda.blogspot.com

 

viernes, 27 de agosto de 2010

El narco y los ninis

"Ninis" ponen en jaque a México

Alberto Nájar
BBC Mundo, México

David Vázquez desistió de buscar empleo cuando descubrió que el único sueldo que podría obtener era de US$230 al mes por jornadas laborales de diez horas al día y sin derecho a seguridad social.
En 2008 el joven de 23 años abandonó su carrera universitaria y ahora organiza un grupo musical para ganar algún dinero. Es todo lo que hace por el momento.
"No veo mucho futuro. A la escuela no puedo volver, y en los empleos que hay nada más explotan a los chavos", explica en conversación con BBC Mundo.
David forma parte de lo que en México se conoce como "generación nini", es decir, jóvenes que no estudian ni trabajan.
El gubernamental Instituto Mexicano de la Juventud dice que son unos siete millones los que se encuentran en esa condición, un número que podría aumentar este año.
De acuerdo con especialistas el fenómeno es consecuencia de la crisis económica y también muestra los problemas que enfrenta el sistema educativo del país.
Además, los "ninis" representan una mano de obra accesible para bandas de narcotráfico, le dice a BBC Mundo Alfredo Nateras, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
"El crimen organizado es una alternativa real para ellos. Suena duro, pero muchos se preguntan ¿para qué estudio si el narco me da todo?", asegura

SIN FUTURO
Los "ninis" mexicanos creen que su condición no será mejor en el futuro, explica Nateras.
"Lo que el Estado ofrece no les crea sentido: educación de baja calidad que no garantiza movilidad social ni un buen empleo", señala.
Estos jóvenes cambiaron necesariamente sus perspectivas, pues saben que vivirán precariamente, afirma la investigadora Aurora Loyo, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por eso muchos desertan de las escuelas. El gubernamental Instituto Nacional de Educación para los Adultos informó que en los últimos años unos 17 millones de personas abandonaron sus estudios en el nivel básico, la mayoría por necesidades económicas.
El panorama no es mejor para los recién egresados de las universidades: para ellos el sueldo promedio es de US$515 al mes, según datos del Ministerio de Educación.
También enfrentan una economía en crisis con alto índice de desocupación, recuerdan los especialistas. En 2009, por ejemplo, México perdió más de 330.000 plazas laborales, según datos del Ministerio del Trabajo.
Así, para la mayoría de los "ninis" está cancelada la posibilidad de comprar una casa, vivir en pareja o contar con servicio médico y educación, insiste Nateras
 
SALIDA FALSA
En este escenario, emplearse en actividades ilegales es atractivo para los "ninis".
La Procuraduría (fiscalía) General de la Républica ha informado que, en algunos estados, los carteles de narcotráfico reclutan sicarios y vendedores de droga entre los jóvenes sin empleo o estudio.
De hecho, la organización Causa Ciudadana documentó que en seis meses un "nini" puede convertirse en delincuente peligroso.
Las autoridades desconocen el número de jóvenes que han sido empleados por el narcotráfico, pero recientemente el Ministerio de Defensa dijo que en los últimos tres años, unos 1.200 murieron en enfrentamientos de carteles rivales.
Integrarse al tráfico de drogas es una alternativa de corto plazo. Según el Centro Binacional de Derechos Humanos de Tijuana, la expectativa de vida de un adolescente o joven dentro de un cartel mexicano es de tres años.
Y a pesar de todo, los narcotraficantes son un ejemplo para muchos "ninis", le dice a BBC Mundo Javier Hidalgo, director del Instituto de la Juventud de Ciudad de México.
"Adquieren prestigio social, además de ingresos que no tendrían de otra manera", concluye.

Los ninis mexicanos -Revista Proceso

Los ninis mexicanos
José Gil Olmos
Proceso
FOTO: Alejandro Saldívar
http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/76179


MEXICO, D. F., 3 de febrero (apro).- En México son 7 o más millones, y en el mundo suman muchos más los jóvenes que no tienen un futuro o, si cuentan con él, éste es desesperanzador, desolador y penoso.  Es una generación marcada por la desilusión a la que se denomina los “Ninis”, precedida por los “Emos” y la generación “X”.
La primera vez que supe que así les llamaban a los jóvenes de esta época, fue en una entrevista que dio el rector de la UNAM, José Narro Robles. Dijo que eran 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan en el país. Son los “Ninis”.
Hasta entonces supe el nombre de estos jóvenes que he visto en muchas ciudades, deambulando en las calles sin ilusión ni compromiso, que ni estudian ni trabajan, que nada les llama la atención y todo lo desestiman.
Desde hace una década o más me percate de su existencia por primera vez, pero no sabia cómo llamarlos. Apáticos, oí que decían que nadie los entendía pero tampoco les interesaba entender lo que pasaba y les pasaba. Total, se sentían protegidos sólo por la familia.
Más recientemente en algunas familias de clase media, aun aquellas favorecidas por un negocio pasajero o un empleo más o menos remunerado, los volví a ver en las universidades públicas y privadas.
Con techo, comida y vestido seguros, muchos de estos jóvenes decidieron quedarse en la escuela, tomar algún diplomado, otra carrera o seguir la maestría y luego el doctorado, con tal de no salir a la calle a enfrentar un futuro laboral incierto e inseguro.
La pregunta clásica de los padres “¿Qué quieres ser, qué quieres hacer?”, la diluían con la simple respuesta de “sigo estudiando” con un gesto de desánimo que es su preferido.
Ahora muchos de estos “Ninis” van caminando por las calles de las ciudades de todo el mundo, sin trabajo y sin cumplir con el sueño que nos vendieron hace varias décadas, esa ilusión que nos repitieron durante años de que si lograbas tener educación superior, entonces podrías conseguir trabajo seguro y bien remunerado, ascender en la clase social y económica, tener casa, auto y dinero. Es decir, la vida resuelta.
Pero nada de esto resultó, la promesa nunca se cumplió.
Al contrario, no hay empleo seguro y, cuando existe, es bajo  contratos efímeros, de unos cuantos meses, para no generar ninguna responsabilidad social por parte de los empresarios.
En esta realidad el Estado ha abandonado su responsabilidad de asegurar el bienestar social al ceder a la iniciativa privada servicios de salud, agua, basura, educación y hasta la seguridad.
La situación para los “Ninis” en países como México se agrava aún más porque además del desempleo prevalece una ausencia de política económica de carácter social y en un lustro la pirámide demográfica iniciará una transformación hasta que en unas décadas se invierta y, para entonces, habrá más jóvenes sin perspectivas de mejoramiento de empleo o educación.
El exdirector del Politécnico, José Enrique Villa, y el actual rector de la UNAM, José Narro, han advertido --sin que les hagan mucho caso los políticos y la cúpula gobernante-- de los riesgos de no aprovechar este “bono demográfico”.
Han dicho que si se desperdicia este fenómeno social que muy pocas veces se presenta en un país, que es tener una población mayoritariamente joven, con amplias posibilidades para transformar una sociedad, se podrían generar disturbios sociales.
De no aprovechar en su momento a esta población en edad productiva, habrá una población inconforme y demandante de servicios pero sin instituciones capaces de responder a las necesidades básicas de seguridad y bienestar.
De hecho, esto ya está ocurriendo. Cada año las instituciones de educación superior rechazan a unos 200 mil jóvenes solamente en al área urbana de la Ciudad de México, y otros 100 mil a escala nacional.
Mientras que la tasa de desempleo el año pasado fue de más de 3 millones y la del subempleo de más de 4 millones. Esto es, más de 7 millones de mexicanos sin ocupación permanente.
Sin posibilidad de empleo y sin estudios que representen una verdadera esperanza de mejoramiento personal, el futuro de los jóvenes mexicanos se encamina hacia otros caminos: la delincuencia organizada, la migración a Estados Unidos y Canadá, el subempleo o el trabajo informal.
Cualquiera de estos caminos, más que una opción, representa una falsa vía de desahogo ante una demanda social incontenible que irá creciendo ante la incapacidad de opciones reales de satisfactores sociales y laborales.
El país se encuentra frente a un reto mayor, transformar una generación de jóvenes decepcionados, desesperanzados, producto de un proyecto que llegó con el nombre de Consenso de Washington hacia finales de los años ochenta, y que dictó las políticas neoliberales que hoy siguen imperando en América Latina, principalmente.
Los “Ninis” y la situación de crisis en la que viven son producto de este modelo económico que México adoptó desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y que Vicente Fox y Felipe Calderón han mantenido generando una generación marcada por el desaliento y la desolación.

La web de los ninis

La web de los ninis
www.ninis.org

Buen sitio para comprender mejor a la generacion ninis

Noticias Generación Ni-Ni


Luis Miguel González
Generación Ni-Ni: una estampa del limbo
http://eleconomista.com.mx/caja-fuerte/2010/02/12/generacion-ni-ni-estampa-limbo


El purgatorio económico tiene forma: ser joven, no estudiar ni trabajar. Para ellos se ha inventado un término, generación Ni-Ni
El purgatorio económico tiene forma: ser joven, no estudiar ni trabajar. Para ellos se ha inventado un término, generación Ni-Ni y una cifra: se dice que son 7 millones de personas en México.
No está claro de dónde salió el número, pero es evidente que se trata de uno de los mayores problemas sociales: no hay futuro para un país que no tiene casi nada que ofrecer a un tercio de su población joven.
La PGR advierte del riesgo de que ellos sean cooptados por la delincuencia organizada. Expertos del sector salud se refieren a un abanico de problemas que van desde las adicciones hasta la depresión y el suicidio.
La economía también aporta sus preocupaciones: tener millones de jóvenes que no estudian ni trabajan significa derrochar uno de los recursos más valiosos. Divino tesoro, le llamaban los poetas cursis. Bono demográfico, dicen los estudiosos. Todos se refieren a un potencial creativo, productivo y transformador que está en la juventud y no se realiza.
¿Cuántos son los Ni-Nis? Se repite desde hace algunos meses, como si se tratara de una realidad estática. Estamos ante una mancha que está en movimiento perpetuo. Podrían ser más que 7 millones. El INEA asegura que 17 millones de personas han dejado los estudios por dificultades económicas (no en esta crisis, hay que aclarar). La última Encuesta Nacional de la Juventud, hecha en el 2005, registra que 33.7% de los jóvenes de 20 a 24 años no había trabajado jamás. En el caso de los de 25 a 29 años es 21.3 por ciento. El desempleo abierto de los jóvenes es el doble que en la población general.
Los Ni-Nis mexicanos son muchos y no necesariamente se parecen a los de otros países. En España hablan de esta generación como la primera en encontrar un panorama económico muy negativo. Han estado precedidos por tres décadas de bonanza que trajo tolerancia y confort. En Estados Unidos se refieren a una generación NEET. No employment, no education and no training. Son cientos de miles y están desconectados de la esperanza.
Los Ni-Nis mexicanos son un reflejo de nuestra sociedad. Algunos viven su drama en sintonía con las últimas tendencias de la globalización. Son bilingües, tienen acceso a la tecnología y patrones de consumo de ocio muy sofisticados, con frecuencia subsidiados por sus familias. La mayoría no tienen tanta suerte. Su niniedad es una de las caras de la pobreza.
Los jóvenes son la parte más vulnerable del mercado de trabajo, afirma un estudio de la Cepal. Sufren discriminación, escasa oferta y alta rotación. Las conclusiones datan del 2004 y el tiempo no las ha atenuado, más bien las ha hecho más severas.
No estudiar ni trabajar provoca depresión, desánimo y ansiedad, dicen los expertos en sociología y salud mental. Entre más tiempo dure una persona en esta condición, los efectos serán más profundos. Puede llegar a significar marginación e inadaptación social severas. Tenemos un problema enorme y le ponemos enfrente soluciones pequeñas y desarticuladas. Lo que hagamos con los jóvenes determinará nuestra viabilidad, como país. Son millones de ilusiones perdidas, cientos de miles de proyectos no realizados y una herida social de cicatrización complicada. ¿Quién será el audaz que los convierta en esperanza y artífices de nuestro desarrollo?